El último libro de Jared Diamond
es un pequeño resumen de sus obras anteriores. Bajo el título Sociedades comparadas (Debate, 2016)
presenta sus principales preocupaciones intelectuales y personales. Defiende el
papel de la geografía a la hora de explicar las diferencias de riqueza entre
naciones. Acepta el papel de las instituciones humanas como mecanismos generadores de riqueza (como hacen Daron Acemoglu y James A. Robinson en una obra bien
conocida), pero piensa que si se
retrocede en el tiempo y se busca la “causa última” reaparecen los factores
geográficos. Es decir, los países ricos tendrían instituciones inclusivas
porque están en un entorno geográfico que permitió su aparición. De lo cual se
deduce que la posibilidad de descargarse las instituciones clave, como
planteaba Niall Ferguson en Civilización.
Occidente y el resto
, y trasplantarlas en otro contexto geográfico no es
algo tan directo y sencillo. En todo caso, para Diamond la geografía sigue
siendo clave en la explicación de este hecho.

Posteriormente repasa la
emergencia y las características de China, como afrontan algunas sociedades las
crisis, como se evalúan los riesgos en las sociedades tradicionales y en las
industriales o los diferentes tipos de enfermedades que se padecen en entornos
tradicionales y modernos. Finaliza recogiendo los tres problemas fundamentales
que tiene la humanidad: el cambio climático, la desigualdad y la gestión de los
recursos naturales. Advierte que no son, claro está, todos los problemas que se
podrían listar, pero al menos sí los más acuciantes para nuestra especie.

Siempre me ha parecido que
Diamond es el sucesor natural de Marvin Harris en al menos dos sentidos. Por un
lado, en el estilo. Da gusto leer a cualquiera de los dos, pues son capaces de
presentar los temas más aparentemente arduos de una forma amena y comprensible.
Y por otro lado, en su planteamiento científico. Ambos mantienen tesis fuertes
que conducen sus obras. Marvin Harris el materialismo cultural y Jared Diamond
una lectura geográfica y ecológica de la historia y las ciencias sociales.

En todo caso, se trata de un pequeño
libro, como dice la portada “sobre grandes cosas”, de buena factura y que hace
llegar el planteamiento del autor, siempre interesante, a un público muy
amplio. Cosa que no puede decirse de todos los científicos sociales.