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Vettonia obliga

Sobre el blog

En este blog quiero recoger algunas de mis lecturas, pasajes de mi vida académica y de mis viajes, así como ideas sobre la cultura y la sociedad actual.

Puerto Montt

Viajes Posted on Sat, October 01, 2016 17:27

Llegamos
a Puerto Montt por la tarde y buscamos un alojamiento para pasar la noche.
Encontramos una residencia con apartamentos que nos hizo un buen precio. No era
nada del otro mundo, pero era un alojamiento más o menos digno. Pasamos la
tarde dando un paseo por la ciudad. No es un lugar que destaque por nada en
especial. Tiene un cierto regusto portuario, con algunos personajes de mal
vivir recorriendo la costanera y las calles adyacentes. Ese día, además,
coincidió con el Teletón, y las calles estaban llenas de gente que acudía a ver
a las estrellas locales que actuaban sobre un escenario montado a tal efecto.
Este es un programa de televisión que busca recaudar dinero con fines
benéficos. Es todo un acontecimiento en el país. La gente pinta las lunas de
sus coches con la palabra “Teletón” y muchos voluntarios peinan las calles con
pequeñas huchas buscando recaudar fondos para el evento.

Por
la noche fuimos a cenar a un bar decorado como una taberna norteamericana, esto
es, un local forrado de tablas y con las paredes llenas de carteles y de una
decoración yanqui de los años 50 0 60, con una gran barra y muchas mesas de
madera frente a un amplio escenario. Esa noche tocaba un grupo de rock local,
que escuchamos mientras nos tomábamos unos schops. Al final nos marchamos,
porque en la mesa de al lado había un par de individuos un tanto bebidos que no
hacían más echarnos miradas retorcidas. O tal vez fuera solo mi impresión, pero
para esto la intuición no suele fallarme. Éramos los únicos turistas del lugar
y quizá nos contemplasen como una posible fuente de ingresos.

El
día siguiente entregamos el vehículo de alquiler y tomamos un taxi que habíamos
reservado la tarde anterior. El taxista, en el paseo hasta el aeropuerto, pues
distaba unos 20
kilómetros de la ciudad, nos contó que deberíamos haber
ido a Puerto Varas. La verdad es que fue un fallo personal, pues nos habría
dado tiempo a ir en coche. Pero bueno, las cosas son así. También nos dijo que
deberíamos haber visitado los bosques de alerces y ulmos, dos árboles de
crecimiento muy lento –de hecho, lo hacen durante miles de años–. Crecen en la
región y pueden alcanzar una altura de 40 0 50 metros. Las casas
típicas de la región están hechas de esa madera, lo que ha provocado una merma
en la extensión de dichos bosques. Los supervivientes están protegidos y la
posibilidad de repoblarlos es mínima: ¡se deberían esperar más de 1.000 años
para poder disfrutar de los árboles plantados!

Tras
unas horas en el aeropuerto, que matamos lo mejor que supimos, a mediodía
salimos para Punta Arenas.



Chiloé II

Viajes Posted on Fri, September 30, 2016 17:28

Bajamos
hasta la ciudad de Castro, el punto más al sur que visitamos en la isla, con el
fin de buscar un lugar para dormir. Es una ciudad con cierto encanto, llena de
casas de madera y con palafitos a orillas del mar. De hecho, esas casas
construidas sobre pilares de madera son unos de sus grandes atractivos.

Conseguimos un buen hotel al lado del mar. Estaba situado en un gran caserón de
madera pintada de azul. Aunque parecía un tanto destartalado, como muchos de
los edificios de madera que se encuentran por doquier en Chile, era cómodo y
limpio. De hecho, tras dar un paseo por el paseo marítimo y el puerto, y tras
no encontrar un lugar adecuado para cenar, terminamos haciéndolo en el hotel.
No fue una gran cena, pero calmamos el hambre y la sed. Además, ese día
estábamos cansados y caímos pronto en la cama.

El
día siguiente marchamos a visitar otras localidades pintorescas de la isla. Pasamos
una mañana agradable y por la tarde cruzamos al continente usando la misma
línea de transbordadores que habíamos usado a la ida.



Chiloé I

Viajes Posted on Thu, September 29, 2016 18:38

Chiloé,
es decir, la Isla Grande de Chiloé, se encuentra situada a unos 100 kilómetros de
Puerto Mont. Se llega por autopista y el viaje fue apenas un trámite. Para
cruzar a la misma se toma un pequeño ferri, que en poco más de media hora te
deja en la isla a un precio no demasiado elevado. El trayecto fue tranquilo y
una experiencia que disfrute. Cuando, ya bastantes años atrás, había pasado en
transbordador de Dover a Calais, al regresar de Inglaterra, la cosa había sido
bastante diferente. En aquella ocasión subimos a un barco enorme, con tiendas,
salas de espera y bares, mientras que ahora era un barquito para unos cuantos
coches con una barra en un lateral en la que servía bebidas calientes, algunas
empanadas y “sanguches”.

Cuentan
que Chiloé fue la última resistencia realista, es decir, pro-española cuando se
produjo la independencia del país. También que sus habitantes sacan la bandera roja
y gualda cuando quieren enfrentarse al centralismo de Santiago. Aunque, la verdad,
no es algo que haya visto y bien podría ser un mito.

Al
tocar tierra, nos dirigimos a la pingüinera de Ancud, en el extremo noroeste de la isla. Pasamos una mañana
entretenida, montando en barca para acercarnos a ver los pingüinos y demás aves
que habitan la costa y las rocas aledañas. A la hora del almuerzo, regresamos
a Ancud y cominos en un restaurante de
la localidad. La especialidad local es el curanto. Para realizar el guiso
tradicionalmente se cavaba un agujero en el suelo, se rellenaba piedras
previamente calentadas y se cubría de hojas. Encima se ponía marisco, carne de cerdo,
pescado, patatas y, entre otros alimentos, legumbres. Al final, se cubría de nuevo con
hojas y se tapaba todo con tierra. Esta forma de cocinar debe quedar reducida,
por lo aparatoso, a determinadas festividades. En los restaurantes ponen algo
similar, que llaman “curanto en olla” (por contraposición al “curanto en hoyo”).
Lo probamos de ese modo y los alimentos
quedan cocinados al vapor, lo que les da un sabor agradable y una apariencia
saludable.

Por
la tarde, recorrimos la isla para ver alguna de sus iglesias de madera (dicen
que hay unas 150) y las bien cuidadas
granjas. En ellas, los lugareños apilaban madera cortada junto a las cercas. Luego
nos enteramos del motivo: parece ser que la venden y es una fuente de ingresos
para las granjas. El paisaje era sorprendente. La verdad, encontramos unas
praderas tan verdes que teníamos la impresión de estar en algún país del norte
de Europa.



Rumbo al sur II

Viajes Posted on Sat, October 31, 2015 15:50

Emprendimos el
viaje al sur en autobús la noche del primer día de diciembre. Había comprados
unos boletos en un autobús de larga distancia, de los que allí llaman semicama.
Se caracterizan por tener unos anchos asientos que casi se reclinan del todo.
Partimos a las nueve de la noche y llegamos a las nueve de la mañana del día
siguiente. Yo pude dormir casi todo la noche, pero creo que Carlos no pegó ojo.
Entre los picores de la varicela y sus problemas habituales para conciliar el
sueño, no lo debió pasar demasiado bien.

Llegamos a Puerto
Montt, la ciudad más al sur a la que se puede llegar a través de la Panamericana y de la
que habitualmente parten los ferris para Puerto Natales y Punta Arenas. En un
primer momento pensé en tomar ese ferry, el más famoso de una compañía que se
llama Navimag, pero el viaje es de tres o cuatro días en el que se disfruta si
hace buen tiempo, pero que puede convertirse en una pesadilla si no es así.
Además, está lejos de ser un crucero, pues es un barco de carga en el que
viajan animales y todo tipo de mercaderías. En vez de hacer ese periplo,
alquilamos un coche desde Santiago y nada más llegar a Puerto Mont fuimos a
recogerlo.

Conseguí el coche
de alquiler más barato de los que encontré, un Chevrolet Geetz, que casi era de
juguete. Cuando nos lo enseño el operario de la compañía, tras un ligero repaso
nos dijo que su manejo no tenía más complicación. Arrancamos con el depósito
lleno y nos fuimos a descubrir durante un par de días la isla de Chiloé.



Rumbo al sur

Viajes Posted on Sun, October 18, 2015 15:50

El viaje al sur del
país, lo hice en compañía de mi primo Carlos. Por desgracia, apenas un día
después de su llegada, comenzó a sentir una picazón por todo el cuerpo y la
cara, la espalda y otras partes de su cuerpo empezaron a llenársele de granos.
En un primer momento lo atribuimos a una alergia, pues la noche de antes
habíamos estado tomando unas copas en la terraza del Phone Box bajo un emparrado. Le hice tomar unos antihistamínicos y
esperamos a ver la evolución.

La cosa, la verdad,
no parecía remitir y al final tuvimos que acudir al médico. Llamamos al seguro
que, por fortuna, le había recomendado hacer antes de salir de España, y nos
dijeron que acudiéramos al Hospital Alemán en Vitacura. Después me enteré de
que era uno de los mejores hospitales de Santiago. Allí, tras unos problemas
burocráticos, le hicieron unas pruebas y nos dijeron que era “fiebre del
cristal”, o sea, una varicela común. También que seguramente ya la trajera de
España, pues el periodo de incubación era más largo que su estancia en el país.
Tras recomendarnos que no viajara hasta que, por lo menos, se le hubieran
secado los granos –cuando supuran la enfermedad es altamente contagiosa, pero
no después–, le recetaron retrovirales y unas pastillas para el prurito. Las
pastillas las tomo, pero en lo de no viajar no le hicimos ni caso, claro está.

Esta experiencia,
por lo demás, me permitió ver de primera mano el sistema sanitario del país. La
medicina, como casi todos los demás servicios esenciales, se encuentra en manos
de la empresa privada. Ni siquiera adoptan la forma eufemística de las
fundaciones. En cada planta y cada servicio del hospital tienen dos o tres
administrativos encargados de gestionar los seguros sanitarios o de realizar
los cobros a través de los lectores de tarjetas que, sin el menor pudor,
presiden todos los mostradores. En urgencias, si no se posee seguro o no se
realiza un pago de unos 100 euros, el coste de una consulta básica, no eres
siquiera admitido. Otra opción es acudir a la sanidad pública, que al menos te
atiende en urgencia, pero a cambio de recibir una prestación de pésima calidad.
Esto es lógico, si la sanidad pública es mala, la población con recursos se
orienta a la privada, quedando la primera como una institución caritativa.



De nuevo en Chile

Viajes Posted on Mon, September 14, 2015 19:45

Cruzamos la frontera por el paso del Cardenal Antonio
Samoré. El camino de tierra para llegar allí estaba en obras, aunque no en
demasiado mal estado, y en muchas partes el paisaje estaba completamente
cubierto de cenizas volcánicas. A veces parecía que el coche atravesaba una
densa niebla.

Tras el cruce rutinario entramos en el Parque Nacional
Puyehué, presidido por la columna de humo del volcán, y el paisaje cambió radicalmente.
Parece que los vientos llevan las cenizas hacia Argentina, dejando
relativamente intacta la parte chilena. Todo se volvió verde y los lagos
inmensamente azules. Comimos en un restaurante a orillas del lago Puyehué. Por
cierto, donde disfrutamos de una de las mejores comidas que he probado en
Chile.

Proseguimos el viaje por una carretera rodeada de verdes
explotaciones ganaderas hasta Osorno. Esta es una ciudad de una fealdad que
contrasta con la verde campiña circundante. Tiene una importante comunidad de
origen alemán. De hecho, para dormir alquilamos una cabaña en un complejo
llamado Blumenau, y por toda la ciudad se ven colegios, hospitales o centros
alemanes. Por lo demás, una ciudad para olvidar. En general, en Chile las
ciudades destacan por su falta de encanto, sobre todo cuando se las compara con
los parajes naturales que las rodean. Quizá los terremotos
expliquen este hecho.

Haciendo un resumen, esos días debí hacer unos 3.500 kilómetros
por las carreteras chilenas y argentinas. Al final, al llegar a Santiago me
sentí agotado, pero feliz de haber pasado unos días con Karina, Javi e
Isabella.



Creencias

Viajes Posted on Fri, September 11, 2015 12:03

En Argentina descubrí tres creencias de la religiosidad popular que me
llamaron mucho la atención: el gauchito Gil, la difunta Correa y el Equeco. El
primero hace referencia a un gaucho que fue ajusticiado y que solía vestir de
rojo. Se le atribuyen sanaciones milagrosas. Por todo el desierto se encuentran
pequeños santuarios pintados de rojo y adornados con banderines y trapos rojos.
Esto les da un aspecto tibetano.

La difunta correa también es otra figura mítica que
recibe adoración. La historia dice que esa mujer murió en el desierto de hambre
o sed y que se encontró a su hijo amamantándose de sus pechos y milagrosamente
vivo. Se le crean pequeños altares que se decoran con tarros, botes y botellas
llenas de agua. Los arrieros y los camioneros son los más devotos y cuidan y
reponen constantemente el agua en los santuarios.

Finalmente, el Equeco –del que no pude ver ninguna
representación, pero del que me hablaron– es una divinidad de origen andino a
la que se venera por sus propiedades milagrosas. La figura tiene la boca
abierta, en la que se le ponen cigarros y puros como medio de conseguir las
peticiones. También se le ofrece alcohol y otros alimentos.



San Martín de los Andes

Viajes Posted on Wed, September 09, 2015 11:56

El fin de semana que volvía a Chile partimos hacia los
Andes, con el fin de disfrutar del fin de semana entre Argentina y Chile.
Llegamos a San Martín de los Andes, pues Bariloche, la joya del turismo en la
región, se encuentra en pleno epicentro de la lluvia de ceniza procedente del
volcán Puyehué. Además, el volcán Hudson, situado bastante más al sur, también había entrado en erupción. Durante el camino de ida a San Martín y el
posterior desplazamiento hasta la frontera puede apreciar los efectos de la ceniza.
Uno tiene la impresión de encontrarse ante un paisaje nevado de un color
ligeramente grisáceo.

San Martín de los Andes afortunadamente se encontraba
libre de la ceniza que afeaba el paisaje un poco más al sur. Es un pueblo muy
bello. Las edificaciones
tienen un marcado tinte centroeuropeo. Uno tiene la impresión de encontrarse en
un pueblo de Suiza o de Alemania, más que en Sudamérica. Su actividad principal
es el turismo, orientado a su estación de esquí y a paseos en barca por el Lago
Lacar de aguas de un azul intenso. La oferta de alojamientos y restaurantes es enorme.
Además, el turismo había desertado huyendo de la ceniza, por lo que encontramos
un alojamiento muy barato y de gran calidad a orillas del lago.

Allí probé una parrillada argentina, que me desagradó un
poco ya que para mi gusto se sirve con un exceso de casquería. Por la noche,
Javi y yo visitamos el casino local, llamado Magic, que está lejos de ser el
sitio elegante que es en Europa. La población local se desplaza ante los mismos
a jugar y tomar unos tragos en un ambiente que recuerda al de los locales de
tragaperras que adornan las ciudades españolas. Una cosa saqué clara, lo mío no
es el juego, no conseguí ni una mala moneda en la ruleta.



Tráfico en Argentina

Viajes Posted on Mon, September 07, 2015 15:23

En Argentina conducen como locos. No respetan las señales
y además circulan a muy altas velocidades en todo tipo de vehículos y sin valorar el tipo de carretera. Me hizo sonreír
la gran cantidad de Renault 12 que aún circulan por la ciudad. Un día, en el
asiento del copiloto, conversaba con Javi:

– No entiendo el tráfico aquí, por ejemplo, ¿quién cede
el paso en las rotondas?

– Depende, ¿tú juegas a las cartas?

– Bueno, algunas veces.

– Pues igual que en las cartas, según venga la mano.

Tras esas palabras lo comprendí todo con claridad. En
Argentina se “maneja según venga la mano”.



De bodegas

Viajes Posted on Wed, September 02, 2015 15:17

El día después de un fracasado intento de ir al
zoológico, fuimos el martes cuando cerraba por descanso, visitamos las bodegas
NQN y Saurus, ambas próximas a Neuquén. Tardamos en llegar porque salimos
bastante tarde y, además, por el camino encontramos que los piqueteros habían
cortado la carretera y solamente daban paso a las largas colas de vehículos
cada media hora. Los piqueteros, en el caso de Neuquén compuestos
mayoritariamente por braceros sin tierras, son una peculiar institución de Argentina
y una buena muestra del peso del sindicalismo en este país. Basta que un
pequeño grupo de personas se reúna con objeto de protestar, para que corten las vías de
comunicación. La policía siempre se persona, pero no disuelve las
concentraciones, que son vistas con una mezcla de enojo y apoyo resignado por
los sufridos conductores.

Llegamos tarde al restaurante de la bodega NQN, en la que
disfrutamos de una estupenda comida fría y de una visita por nuestra cuenta a
las instalaciones. Después, buscando un buen Pinot Noir, fuimos a las bodegas
Saurus, que ya estaban cerradas pero que
nos aceptaron como compradores. Los precios de los vinos en ambas eran más que
razonables.



Villa de El Chocón

Viajes Posted on Thu, August 06, 2015 11:45

Una tarde visitamos
la Villa de El
Chocón. Es un pequeño pueblo situado en el desierto que rodea el embalse
Ezequiel Ramos Mexía a un par de horas de Neuquén. Nuestro interés estaba en
ver los restos de dinosaurios que se encuentran con mucha frecuencia por toda
la región y en hacer un pequeño asado. Visitamos el Museo Paleontológico
Ernesto Bachmann, en el cual se conservan los restos del Gigantosaurus. Pasan
por ser los restos del dinosaurio carnívoro más grande que se ha encontrado en
el mundo. El museo, por lo demás, es pequeño y no presenta muy buen estado. Hicimos
un pequeño asado en el parque náutico del pantano. Alquilamos un pequeño
quincho y, la verdad, pasamos una tarde linda dentro de unas instalaciones con
un pasto muy verde que contrasta con la aridez circundante.



Chichinales

Viajes Posted on Mon, August 03, 2015 13:30

Uno de los días
fuimos a comer a Chichinales, donde la familia de Karina nos hizo un asado.
Miguel y su hijo pequeño, también llamado Miguel, viven en un pequeño pueblo
cerca de su chacra. Alicia, la madre de Karina, hizo una comida excesiva a base
de asado de vacuno –que, pese al nombre, es una parrillada de costillas de
ternera cortados en largas tiras y chorizos y prietas–, pierna de cerdo asada
“a la chapa” y abundantes ensaladas. Comí tanto que incluso me sentí
descompuesto esa noche. La verdad es que la comida en Argentina, por lo que
pude apreciar, es abundante, pero muy poco elaborada. El asado y la pasta son
las especialidades locales.

Miguel, el primo de
mi padre, me enseño la chacra familiar. Es una bonita chacra de unas seis
hectáreas, en las que cultiva sobre todo peras y algunas manzanas. Me comentó
que obtiene 200.000 kilos de peras al año. Esto le deja unos magros ingresos,
ya que el intermediario controla el precio del producto. Actualmente, está
pensando en vender la chacra, ya que ninguno de sus hijos tiene intención de
seguir explotando la misma.



Neuquén

Viajes Posted on Mon, July 27, 2015 17:39

Neuquén es una
ciudad de unos 200.000 habitantes, situada en una llanura árida. La ciudad en
sí no tiene nada de especial. Al contrario, es una superposición de feos
edificios de apartamentos y de viviendas bajas de escasa calidad. La población,
quizá debido a su enclave geográfico, da la sensación de ser un entorno hostil.
Continuamente azotada por fuertes vientos cargados de polvo, fría en invierno y
tórrida en verano, sufría cuando la visité nubes de cenizas procedentes de los
volcanes chilenos en erupción. En general, es una ciudad fronteriza, que ha
crecido al amparo del abundante petróleo y gas de su subsuelo. Probablemente
cuando este se agote –cosa que, por lo demás, tardará en suceder, pues
Repsol-YPF encontró el yacimiento más grande de toda América los días que
estuve allí– vuelva a ser el poblachón del que levemente quiere
alejarse. La vida aquí es dura y el trato de la gente lo refleja. La ciudad
carece de vida cultural y festiva.



De la frontera

Viajes Posted on Thu, July 23, 2015 12:47

Desde Temuco
salimos rápidamente para cruzar la frontera por el paso de Pino Hachado. Es un cruce
de montaña que atraviesa la Reserva Nacional Alto Bio Bio en Chile. En la
cumbre me llamaron la atención las araucarias, unos pinos singulares de gran
porte y altura. Después continuamos un rápido viaje hacia nuestro destino,
pasando por ciudades como Zapala, en el que pude apreciar un rápido cambio de
paisaje: del verde Chile a la árida Argentina.

Los chilenos y los
argentinos tienen una relación de amor y odio, propia de dos países vecinos con
una larga frontera que ha sido manipulada convenientemente por las dictaduras
militares en el pasado cuando lo consideraban necesario para tapar sus vergüenzas
interiores. En general, en Chile admiran la espontaneidad y sentido del mundo
de los argentinos, su fútbol, sus mujeres y, en el fondo, su modo de verse como
europeos en América. Los argentinos admiran el orden de Chile y su próspera
economía, sus servicios públicos y la eficaz y poco corrupta policía. Pero los
chilenos piensan que los argentinos son engreídos y poco organizados. Y los
argentinos que los chilenos roban a los argentinos cuando cruzan la frontera
para trabajar o comerciar. En el fondo, piensan que Argentina, la otrora
potencia regional, va hacia atrás y Chile, el hermano pobre que proporcionaba
mano de obra barata, hacia adelante.

Una de las primeras
diferencias que llaman la atención al entrar a Argentina es lo diferente del
trato de los policías en la aduana. Los pulcros carabineros chilenos no te
miran a la cara, te tratan de usted y jamás se toman una licencia. Sin embargo,
los gendarmes argentinos son de otra escuela. Cuando estaban sellándome el
pasaporte dos jovencísimos agentes vestidos de un modo bastante desaliñado, uno
de ellos enseñaba el torso a través de su camisa desabotonada, entablaron una
animada conversación acerca de las mujeres y las diversiones en España. Me
cuesta imaginarme haciendo lo mismo con un carabinero. Aunque quizá
precisamente por lo mismo me fiaba más de estos.

Chile es un país
con unos reducidos niveles de corrupción. En el índice que elaboró
Transparencia Internacional sobre la percepción de la corrupción en 2010, Chile
aparecía en la posición 21. Mientras que, en comparación, España lo hacía en la
30. Siendo además el país con mejor percepción de toda Latinoamérica. La administración
aquí es relativamente eficaz y su burocracia pasa por ser una de las más
diligentes del subcontinente. Un ejemplo claro es el citado cuerpo de
carabineros, de integridad probada. Aunque es, por otro lado, un cuerpo con una
excesiva tendencia a ser expeditivo en sus actuaciones, quizá como consecuencia
de su carácter militar –la policía civil, que aquí se llama Policía de
Investigación (PDI), tiene un papel relativamente pequeño: controla las aduanas
y los escenarios de los crímenes, pero no tiene funciones de intervención–.

En una de las
manifestaciones estudiantiles que ocurrieron durante mi estancia en el país, un
carabinero disparó su pistola y mató a un chico. En un primer momento, se negó
el hecho. El carabinero limpió su arma, la recargó y negó haber disparado.
Posteriormente, ante la presión mediática y popular, se investigó el caso y se
descubrió que la bala pertenecía a una pistola del mismo tipo de la que usan
los carabineros. Interrogado de nuevo, el agente implicado cambio su versión y
acepto haber disparado. En ese momento, se le expulsó del cuerpo y se le
procesó. Lo que más me llamó la atención no fue el desarrollo del caso, sino
que en las declaraciones que hizo el jefe de carabineros, el mayor pecado del
agente implicado fue “haber mentido en su primera declaración” y, solamente en
segundo lugar, haber matado al joven.



Temuco

Viajes Posted on Tue, July 21, 2015 15:18

Para ir a Neuquén
bajé a Temuco, donde mis primos Javier y Karina –en realidad no son primos hermanos,
pues el padre de ella es primo de mi padre, pero así los llamamos porque por
edad y relación es el parentesco que mejor describe nuestra relación– me
recogieron. Desde Santiago son unos 700 kilómetros y
unas 9 horas de autobús. Esta es la capital de la Araucanía, la novena
región de las quince en que se divide el país. Lo más característico de ella es
la presencia de un importante colectivo indígena: los mapuches.

Los mapuches, o
araucanos (esta denominación se la debemos a Alonso de Ercilla, y según Isabel
Allende parece que responden a razones poéticas más que a otra cosa: es más fácil
la rima con -nos que con -ches), son un pueblo prehispánico que no fue sometido
ni por los incas ni por los españoles. El citado Alonso de Ercilla ya cantó su
valor y determinación para la guerra. De hecho, el Imperio Español aunque
nominalmente dominaba todo Chile, tenía frontera natural con esos pueblos en el
río Biobió. Durante el siglo XIX tanto el Estado argentino como el chileno
desarrollaron una serie de campañas militares que acabaron con la resistencia
de este pueblo. Quedaron recluidos en Chile a una serie de reducciones o
reservas. En Argentina corrieron peor suerte.

En la actualidad
son cerca de un millón, que sobreviven dentro de sus comunidades ancestrales o
bien como trabajadores no cualificados en la agricultura, la industria o los
servicios. Su situación empeoró notablemente durante la dictadura del general
Pinochet, tras el intento fallido de crear una legislación que reconociera sus
derechos por parte del malparado presidente Salvador Allende, ya que se
parcelaron las reducciones y se les entregaron en propiedad a los mapuches.
Estas no podían ser vendidas en un plazo determinado, pero sí arrendadas. Su
pequeño tamaño, unas cinco hectáreas, las hizo poco competitivas, lo que abocó
a que la mayoría de los mapuches las alquilaran a las grandes plantaciones
circundantes. Además, la comunidad mapuche consideró este proyecto un ataque a
su forma tradicional de propiedad y gestión comunal de la tierra.

El último conflicto
entre los mapuches y la comunidad chilena estalló cuando se empezaron a
construir presas en el río Biobió para producir electricidad. La española
Endesa –ahora controlada por capital italiano– es la empresa que está detrás de
este proyecto, bien apoyada por la elite empresarial chilena. Estas presas
implicaban la anegación de amplias zonas en poder de la comunidad mapuche. La
primera reacción del gobierno fue aplicar la mano dura. En el año 2003, se
llegó a un acuerdo con la comunidad mapuche. No obstante, existe todavía cierto
nivel de conflicto en torno a los proyectos hidroeléctricos, fruto del mal
encaje de esta etnia en la sociedad chilena, que aparece en la prensa
santiaguina como “acciones terroristas”



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