Llevo dándole vueltas bastante
tiempo al tema de la desigualdad, sobre todo durante el último año. En este
sentido, no podía dejar de reseñar un libro de Branko Milanovic –al que sigo en
Twitter, lo que puedo recomendar al lector de este blog– aparecido en 2012 en
nuestro país: Los que tienen y los que no
tienen. Una breve y singular historia de la desigualdad global
(Madrid,
Alianza). Está espléndidamente escrito y explica temas complejos con una
envidiable soltura. No en vano, el autor es uno de los grandes especialistas
mundiales en el tema de la desigualdad y, al tiempo, un gran narrador.

Empiezo con una cita: “Tal vez al
lector le resulte sorprendente saber que existen pocas teorías o estudios
teóricos acerca de la formación y la evolución temporal de la distribución de
la renta entre individuos” (p. 103). La causa, afirma, se encuentra en a) un
motivo teórico, la economía en principio se dedicó a la distribución funcional
de la renta, esto es, la distribución de la renta entre clase sociales; y b) uno
menos confesable: “los estudios sobre desigualdad no son particularmente
apreciados por los ricos” (p. 104) que, de hecho, prefieren que se estudie la
pobreza y no las estructuras de desigualdad. Sostiene que los estudios teóricos
se los debemos a dos grandes autores: Vilfredo Pareto y Simon Kuznets. Sobre
todo al segundo y su controvertida “curva” de la desigualdad –Milanovic apunta
que no hay demasiadas evidencias de que la desigualdad de renta se comporta
como planteó Kuznets, aunque es la teoría con la que tratan todos los
estudiosos de la materia–.

Aquí ya se evidencia el objeto
del libro: el estudio de la desigualdad de renta a nivel mundial. La
desigualdad mundial, sostiene, puede contemplarse desde tres perspectivas: la
desigualdad en el seno de las naciones, entre las naciones y entre el conjunto
de ciudadanos del mundo. En consecuencia, el libro se estructura en tres partes
donde se revisan estas perspectivas. Cada una de ellas está precedida por un
ensayo introductorio y se completan con “ilustraciones”, que es como llama a
ejemplos variados sobre los diferentes tipos de desigualdad de renta.

Quizá lo único que no termina de
convencerme es el carácter individualista del método elegido. Se aboga por
medir la desigualdad de renta en términos individuales, alejándose del uso del concepto de clase. Tal vez sea necesario por el tipo de datos
estadísticos manejados, por otra parte los disponibles. Pero muchas veces
retorna al concepto de clase. De hecho, lo usa, pero de un modo discursivo, no
analítico y, cuando lo utiliza en términos analíticos, habla de desigualdad de clase como desigualdad
intranacional o habla de la clase media como una construcción estadística en
torno a los ingresos medios.

También podría criticarse a
Milanovic centrarse solo en la descripción de las desigualdades de renta,
obviando otro tipo de desigualdades sociales o políticas. No estaría de acuerdo
con este modo de proceder. Al final ha elaborado un libro sólido sobre la
desigualdad de renta y hay otras fuentes para analizar otros tipos de
desigualdad (en breve hablaré en el blog de un libro de Göran Therborn
aparecido recientemente sobre el tema).

Los que tiene y los que no tienen es una obra de divulgación o,
como se impone ahora, de “transferencia de conocimiento científico”, lo cual no
le resta ni un ápice de valía. Se aprende más en ella que en muchos sesudos y
plomizos tratados académicos sobre la materia. No es la única obra de este
género, sin duda, pero desde mi punto de vista destaca sobre el resto. En
definitiva es un libro magnífico, tanto en su concepción como en su desarrollo.
Se lo recomendaré a mis alumnos del grado en sociología, les animaré a leerlo y
les expondré que si no les gusta tal vez sea porque se han equivocado de
carrera.